Varios pensadores ecológicos han señalado que en el Oriente, la falta de sentido de pertenencia, el árbol, este riachuelo, mi dormitorio; ha dado lugar, lentamente, a una noción abstracta de espacio: gran cantidad de finca raíz, un plano cartesiano, un sector en un mapa. El filósofo Ed Casey señala la diversidad de lenguas contenidas en este lugar o espacio, que en el Oriente va tan lejos como Platón Timeo. Nuestras preferencias culturales de espacio para establecerse sobrevivieron a la destrucción einsteniana de las categorías como tiempo y espacio absolutos. De hecho, “el lugar fue absorbido dentro del espacio”. Esto tiene consecuencias a largo plazo sobre como nos consideramos a nosotros mismos como sujetos, perdidos y huérfanos de lugar, en un mundo conceptualmente desmaterializado. “Casey señala, por ejemplo, la palabra moralidad retrocede hasta un término para “costumbre”, donde la palabra ética se refiere, en última instancia, al lugar a donde los caballos iban a dormir en la noche. Para mayor información, ver sus escritos “Getting Back into Place” y “The Fate of Place”.